¡No te desanimes!
A menudo se necesita algunas semanas para que el cuerpo se ajuste completamente. Por lo tanto, puede que los resultados tarden un poco en aparecer o que te sientas incómodo al principio.
Pero no te rindas!
Los siguientes consejos pueden ayudarte a lograr los resultados deseados:
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Presta atención también a lo que comes durante los periodos de comida. ¿Qué te sienta bien, qué no? ¿Cómo te sientes después de comer ciertos alimentos – cansado o lleno de energía? Ajusta tu plan alimentario de acuerdo con estos sentimientos.
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Si no has perdido peso, deberías considerar extender tus periodos de ayuno o agregar periodos de ayuno más frecuentes. Eso es exactamente lo que hace nuestro coach, se adapta cada semana a tu meta personal y crea un nuevo programa para ti. Pero también puedes elegir otros planes por tu cuenta.
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El ayuno intermitente no es una "dieta milagrosa" que lleva a los efectos rebote. El ayuno intermitente es un cambio a largo plazo en tus hábitos alimenticios. Puede tardar algunas semanas hasta que se produzca una pérdida de peso significativa.
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Durante los periodos de comida, asegúrate de no comer más que de costumbre.
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Lidiar con los ataques de hambre no es fácil, pero es recomendable mantenerse activo, caminar y beber mucha agua (preferiblemente dos vasos).
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Deberías reducir el azúcar y las bebidas azucaradas o evitarlas – y si las consumes, hazlo solo después de las comidas para calmar tus niveles de insulina. Esto también reduce los ataques de hambre.
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Por último, pero no menos importante: el ejercicio es una arma secreta. Intenta incluir actividades físicas durante tus periodos de ayuno. Esto acelera la quema de grasa. Sin embargo, asegúrate de no esforzarte demasiado, ya que tus niveles de energía suelen estar más bajos durante los periodos de ayuno.