Mediante el ayuno intermitente, tu cuerpo se acostumbra a una forma de alimentarse con menos calorías. Estarás menos hambriento durante el día, rara vez comerás compulsivamente y se reducirán los problemas estomacales. Tus depósitos de azúcar se vaciarán completamente y el cuerpo regresará a quemar grasa. Te sentirás despierto, activo y con buen estado físico.